Años después, diseños como el de Isaac Newton , que no llegó a fabricarse, apostaban por el vapor para producir el movimiento. Se trataba de un vehículo a cuatro ruedas con un depósito de agua muy grande en la parte trasera y una caldera por debajo de este depósito. La propulsión se realizaría provocando la salida de vapor de agua a presión, cuya reacción movería el vehículo.
El primer vehículo de vapor construido se debe a Nicholas J. Cugnot , un ingeniero, militar y mecánico que diseña un vehículo capaz de transportar piezas de artillería de gran tamaño y peso a través de los campos de batalla, generalmente en muy mal estado, lo que hacía muy difícil el transporte por medio de tracción animal.
El vehículo se llamaba Fardier realizó su primer viaje por las calles de París a finales del siglo XVIII. Como puede verse en la figura , el vehículo tenía tres ruedas y sobre la delantera montaba una caldera de grandes proporciones en la que iba el agua y en la que se producía el vapor necesario para poner en marcha dos grandes cilindros, también montados en la parte delantera. La rueda delantera tenía la tracción y la dirección. En una demostración que e realizaba para dar publicidad de su vehículo ante las autoridades militares, que eran los posibles usuarios, se produjo un problema con los diferentes mecanismos de la dirección y el vehículo fue a empotrarse contra una pared derrumbándola. Prácticamente ahí acabó la historia de este primer prototipo de lo que podríamos llamar automóvil. Cugnot construyó todavía uno más después del percance y este está expuesto en el Museo Nacional de la Técnica de París.
Para conocer el funcionamiento de una máquina de vapor pincha aquí.
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